Hace cuatro años fue la primera vez que hice el amor. Y ese mismo día mi mamá iba a proihibirme de la peor manera ser homosexual.
Hacia algunos meses que había conocido por chat a un chico, se llamaba Gerardo. A pesar que le lo negaba para mi, ante mis ojos era un ser humado extremadamente bello. El pelo lleno de rulos generalmente enmarañado, dos ojos verdes grandes y penetrantes que cada vez que me hablaba los clavaba directamente en los mios. Su cuerpo, si bien nunca hasta ese día lo había podido ver desnudo, daba cuenta de ser muy armónico, y si duda esa sonrisa perfecta que mostraba cosntantemente llegaba a cautivarme todo el tiempo. Sin embargo yo a su lado me sentía feo. Sentía que nada en mi estaba bien, mi pelo no tenia forma alguna, mis ojos igual a los de todos. nada se destacaba en mi. Aunque Gery, en cada oportunidad que podía me recordaba lo mucho que yo le gustaba. Y eso en algún sentido a mi me tranquilizaba. Existía alguien en le mundo que me veía lindo, o que al menos decía que había cosas lindas en mi.
Esos tres primeros meses de conocerlo nunca me los voy a poder olvidar. Y mucho menos la primea vez que nos vimos. Me acuerdo cuando leí en la pantalla de mi pc, estoy aburrido vamos al rió?, no dude un segundo. Aunque esa media hora de bañarme y decidir que ponerme fue letal. Al final me decido por una camisa escosesa celeste y un jaén que siempre pensé que se bien muy bien en mi. El ya estaba sentado en un banco de la costanera. Cuando lo vi quede duro. No me animaba a acercarme. En algún momento pensé en irme. Fui. Creo que lo primero que le dije fue que sus fotos mentía porque en persona era mucho mas lindo. Siempre voy a estar arrepentido de esas palabras. Un idiota me siento al acordarme. Una vez le conté sobre eso y ni se acordaba lo que yo le había dicho. Confeso haber estado muy nervioso. Aunque mucho no le creía, era una persona muy segura en todo momento.Esa tarde nos quedamos un millón de horas juntos. No exagero, así fue. Me sentía muy bien, era la primera vez en mi vida que podía ser gay. Nadie me juzgaba, ni se iba a reír de mi. Sus sonrisas para mi eran un gran refugio. Sin embargo volví a casa desilucionado porque no nos habíamos besado. Incluso llegue a pensar que no quería volverme a ver.
Y no fue así. El banco de la costanera se volvió por semanas el único lugar del planeta que tenia sentido. Varias veces mas nos vimos allí. Ese día se largo a llover cuando estábamos mirando los patos en el río. Corrimos de la mano debajo de un árbol. Me beso. El mundo de repente se detuvo. Una sensacion extraña me invadía. Besar. Mi cabeza no podía relajarse. Me sentía muy bien. Feliz. Me aparto, me miro a los ojos y esbozo esa sonrisa tan hermosa que tenia. Yo quede como un tarado apoyado contra le árbol, sin saber que hacer. Sonreí también.
Otra vez la vuelta a mi casa con mi cabeza pensando millones de cosas. Siempre quise saber como controlar esos pensamientos. Llegue a creer que como yo besaba mal él no iba a querer volveme a ver. Pero otra vez mi equivocación.
Ya el banco de la costanera había quedado como un hermoso recuerdo, que por cierto todavía cada vez que lo veo me revuelve el estomago. Nuestras salidas era constantes. Cada rincón vació que encontrábamos en la ciudad lo usábamos para besarnos. Nunca en mi vida había sentido un gusta tan delicioso en mi boca. Su boca. Su boca era algo inexplicable. No la podía separa de la mía por momentos. Íbamos al cine, las películas pasaban y nosotros dos ni enterados. Se movía por la vida sin miedo alguno. Yo por momentos pensaba en mis familia y mis amigos.
Una tarde estábamos sentados en un parque lleno de gente y me beso. Me sentí observado. Como si todos los ojos de la plaza se clavaban en lo que hacían estos dos putos. Gerardo me hizo ver y nadie había puesto atención. Eramos dos más del mundo. De a poco podía relajarme más. Estaba enamorado y eso me daba valor. Para lo que sea. Esa tarde en la plaza hablamos de sexo. Por supuesto Gery ya lo habia tenido. Yo, virgen. Le conté que un poco de miedo me daba, pero con le estaba dispuesto. Le dije que el lunes a la mañana mi casa quedaba sola. Yo estaba de vacaciones en el colegio y todos en mi familia trabajan. Que llegara a eso de las nueve.
Ocho treinta de la mañana escuche desde mi habitación como cerraban la puerta de calle. La casa sola. Solos el y yo. Nervios. Me cambie rápido, ordena algunas cosas del cuarto e hice la cama. La cama. Casi era el horario. No podía dejar de ir hasta la ventana de casa a espiar su llegada. Como la estaba justo en la esquina no podía saber de que lado llegaba. Golpe en la puerta. Abro. Allí estaba parado con su sonrisa infalible. Casi no me deja cerrar la puerta que me estampo con un beso contra la pared. Ese beso y nuestros cuerpos casi, casi formando uno solo dijeron mucho mas. Representaban el tiempo que ambos esperábamos un momento así. Lo agarre de la mano y lo lleve a mi habitación. Gerardo se me echo encima y caímos sobre la cama recién echa. Todo era con una furia tierna. Nuestros sexos enseguida levantaron. Su boca empezó a recorrer mi cuello. Esa sensacion me dejaba sobre las nubes. Me quito al remera, y miestras su mano me agarraba con fuerza la entrepierna, me mordía una de las tetillas. Me puso boca arriba. Se sentó sobre mi sexo erecto. Se quito su remera, y su cuerpo era tal como lo había imaginado. Pectorales y abdomen marcados levemente. Lampiño. En un revuelo que ya ni recuerdo toda nuestra ropa quedo sobre una silla y el suelo. Desnudos. Nuestros cuerpos se frotaban el uno al otro suavemente. Mi boca bajo y mi lengua empezó a recorrer su entrepierna, luego el glande, el tronco hasta introducírmela dentro de mi boca. Adentro y afuera varias veces. Gerardo gemía un poco y eso provocaba en mi mas ganas de seguir. Me levanto. Otra ves su boca y la mía juntas. Me puso contra la puerta de espalda. Tomo uno de los preservativos que había dejado sobre mi escritorio y se lo puso. Mientras me besaba la parte de atrás del cuello, yo empezaba a pensar en que si iba a sentir algún dolor. Pero tanto deseaba tenerlo dentro mio, que no dije nada. Mi primer gemido fue de dolor, pero así mismo quería que continuara. Gerardo estaba dentro mio. Eso era todo lo que yo estaba deseado. Sus movimientos de pelvis suaves parecían un millón de caricias juntas. Placer. Nunca había creído que el placer fuera tan maravilloso. Se quito el preservativo. Me beso y nos acostamos mirándonos mutuamente. Nos tomo a ambos con una mano y nos masturbo suavemente hasta que me abdomen se lleno del semen de ambos. Me quise quedar así toda la vida.
En el momento que abría la ducha sentí que la puerta del living se abría. Pánico. Mi madre entraba hablando por teléfono. Que podía hacer. Como engañarla. Yo envuelto en un toallon. Ella me saludo y entro en la cocina. Le pedí a Gerardo que no saliera del baño. El risueño como siempre entro a ducharse. Yo sentado sobre el inodoro pensaba que hacer. Por donde huir. Espié con la puerta entre abierta como mamá entraba en su habitación. Gerardo ya seco corrió a mi habitación para al menos poder ponerse su ropa. No salgas de ahí dentro. Cuando entre en la cocina escuche el grito de mi madre que había entrado a hablarme y lo había encontrado semi desnudo. Gerardo trataba de calmarme. Ella me gritaba que yo estaba enfermo. Que no podía creer lo que estaba viendo. Me dio vergüenza. Le pedí a Gerardo que se fuera, que yo después lo llamaría. Pero mamá impidió eso. De ninguna manera, de acá no sale nade hasta que me expliquen. Quien sos, que hacían. No me pude contener más y le dije que si, que era gay y acababa de hacerlo. Me arrepiento de haber sido tan impulsivo. Ella enloqueció. Me dio la cachetada mas fuerte que recibí en mi vida. Quede en el suelo confundido. Gerardo reacciono e intento detenerla. Ella tenia una tijera muy grande en su mano, que se incrustaron en el abdomen de Gerardo. Sangre en el piso. Mis ojos se abrieron tan grandes como nunca. Ella desapareció de su cuarto. Yo quede abrazado a un cuerpo sin vida. Empapado en sangre.
Bruno Tignanelli (c) Agosto 2010 Buenos Aires Argentina
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Esos desenlaces muy tuyos BRuno! :)
ResponderEliminarLeerte fue un cumulo de emociones distintas y contrapuestas... creeme. Muy bueno.
No voy a hacer demagogia, pero me parece genial la manera en que escribís y aunque casi nunca te comente siempre leo y siempre espero tu próxima entrada...
Ahora, de todas maneras me queda la duda de saber si todo todo es 100% ficción(?)
Abrazo grande!
Primera vez que leo y quede nose... me gusta leer algo que no me quite los ojos de encima, me cause ternura y tambien algo de escalofrios =) seguid asi saludos !
ResponderEliminar