jueves, 18 de marzo de 2010

Solos y drogas

Cuando Matías se habia dispuesto a dormir aquella noche, luego de cepillarse los dientes y aplicarse en la cara una crema, como parte de un tratamiento.
Matías, un chico de apenas veintiun años, que llego a Buenos Aires desde Catamarca a estudiar ingenieria en sistemas hace tres años atras. En sus ultimos meses, asumio ser homosexual y empezo a descubrir esta nueva estapa, pasando por catorce relaciones sexuales ocacionas sin animos de compromiso alguno. Hasta que esa madrugada de martes, las cosas cambiaron para él, y su perspectiva de un compromiso fue diferente. Casi sin pensar y automatico alentó una situcion, fuera de lo común.
Eran las dos y, el clima ya era adecuado para adentrarse en sueño. Pasados apenas tres minutos que el velador de Matías dejaba de iluminar la habitación, y ya no se podia ver la pila de ropa arrugada y revuelta sobre la cama contigua, que su hemano usá esporadicamente para dormir cuando esta en el país. En ese momento, el celular que estaba en la mesita de noche, vibró. el departamento de tres ambientes en el microcentro porteño, que comparte con su hermana Eugenia, que ahora se encontraba de viaje por el norte argentino, estaba vacio y en silencio. La vibración sobre el vidro que cubre la mesa, resonó por todo el espacio. "¿Estas despierto?", se podia leer en la pantalla azul. Estó puso en alerta al dueño de casa, que no tardo en afirmar que se encontraba despierto. Y allí comenzo una seguidilla de mensajes de texto, en uno de los cuales Matías contó que estaba solo y por dormirse. El otro, un chico de diecisiete años que vivia en Lanus, delgado y dueño de una simpatia capaz de enamorar al instante.
Alrededor de 15 días atrás, estos dos chicos habian empezado a chatear. Despues de un intercambio de fotos, las intenciones de conocerce se pusieron al descubeirto. Matías qudo obnubilado antes la belleza del más joven, el más joven tuvo una idea que pecaba de picara. Amante de la marihuana, le expreso su deseo de hacer el amor bajo esos efectos, que dscribió como sagrados. Matías, no muy convecido pero tentado antes semejante proposicion, aceptó.
A las dos cincuenta de la madrugada, la esquina de Viamonte y Reconquista estaba lejos de tener el habitual transito multitudinaro de cada tarde, tal vez uno podia distingir alguna que otra silueta a lo lejos o el ruido de unos pocos autos que pasaban por Alem. Desde una de las esquinas, con capucha gris sobre su cabeza, jens azul gastado y paso lento, aparecio este joven. Flaco, muy flaco, de razgos delicados y una sonrisa picara y cautivante. Matias salio a su encuentro. Beso en la mejilla, sonrisas y una pequeña caminata de media cuadra desolada y fria, que separaba a los chicos de la puerta del edificio.
Una vez adentro, el dueño de casa cuidadosamente le quito la capucha y emocionado dijo:
-Sos mucho mas lindo en persona, no peudo creer que despues de tantas horas de chat estes aca.
El chico se limito a sonreir, y cada vez que lo hacia cautivava aun más al dueño de la casa, que insitio en que se pusiera comodo, que disponian de la casa para los dos solos. Matias le ofreció algo para tomar, pero el más chico ya tenia algo en mente, y puso sobre las revistas de moda de la hermana que estaban en la la mesa ratona del living, cinco porros. Tal como había prometido en internet.
-Creo que esto va a mejorar las cosas. -Dijo suave el chico.
Matías bajo la tonalidad de las luces, prendio una vela de vainilla que habia sobre la mesa y creo el ambiente adecuado para que dos personas se enamoren. Fue y volvio de la cocina con una copa de vino y un encendedor, antes puso algo de musica instrumental. Ambos bebieron algunos sorbos de vino, y el más joven prendio el primer faso. Entre las primeras pitadas, le enseñó al dueño del departamento como mantener el humo en sus pulmones la mayor cantidad de tiempo posible, mientras le acariciaba el antebrazo. Última pitada al porro, y estos dos jovenes, como quien concreta algo que esperó hace mcuho, se fundieron en un beso apasaionado. No tardaron siqueira un minuto, en condimentar la situcion con las manos en el cuerpo del otro con suaves caricias. Besos con suma ternura en el cuello, los hombros y hasta en la punta de la nariz. Las dos bocas danzaban y se entendía a la perfección. Dos remeras sobre la alfombra roja que cubria el suelo, y los torsos descubiertos se frotaban con ansia.
El más chico detuvo la situación, y propuso continuar en la habitación y arrancar allí el segundo porro. Por un instante Matías dudo en continua fumando, dado que ya experimentaba una sensación desconocida que no sabia si podría controlar. Sin embargo, cedío ante la insistencia del joven risueño.
Recostados sobre la cama, en la que Matías apenas una hora atras iba a conciliar el sueño, prendieron el segundo cigarrillo.
-Ahora si!, mantene el humo en humo en los pulmones lo más que puedas, y vas a ver que bueno esta. -Imperiosamente acnsejaba el más joven, que a su vez le recordaba al dueño de casa dejar a mano los preservativos.
Última pitada del porro número dos, que casi sin darse cuenta, o cegado por la belleza de su conquista, Matías habias fumado practicamente el solo, que ya sentia dejar de ser dueño de sus movimientos y reia de casi todo lo que veia. Mientras tanto su invitado le robaba alguno que otro beso. Y una vez mas, impulsados por la pasión y las hormonas de su juvetud, empezaron a besarse. Los pantalones de ambos fueron a parar a pila de ropa que habia en la cama de al lado.
Los boxers dejaban ver dos erecciones notables. No dejaron parte alguna del cuerpo del otro sin reorrer y acariciar, incluso ambas lenguas recorrieron los cuerpos desnudos que, sin siquiera notarlo se habian trasladado a la habitacion de al lado. Y nuevamente, el más joven detuvo la pasión.
Salio del cuarto, y volvio con un tercer porro encendido en su boca al que le dio una pequeña pitada. Sonrio con ternura, y el paso el cigarro a Matías. Recostado sobre la falda de su invitado, fumba y fumaba.
El más chico, lo dejo recostado sobre la amplia cama de dos plazas de la hermana de sabanas blancas y, lo siguió insitando a terminar el cigarrillo, mientras buscaba su ropa. Ya con su ropa puesta le pidió al dueño de la casa, que poco entendia, que bajasen a un kiosko para comprar algunos chocolates. Matías, deseperadamente queria hacer el amor desbordado de exitación. Pero el más joven, insistió que la noche tenia muchas horas y si iban más lento lo difrutarías aun más. Como pudo, el dueño de casa, busco algo de ropa en la pila que habia sobre la cama que eventualmente su hermano usaba, y el otro escribia en su celular.
Bajaron el unico piso que los dividia de la puerta de salida a la calle, y despacio atravezaron el pasillo que los separaba. Matías, en su estado, sin poner atención alguna a lo que afuera sucedia, abrió enorme puerta de vidrio, y dos jovenes de más de veinticinco años cada uno entraron con brusquedad. Guiados por el unico invitado alli presente, entraron al departamentode tres ambientes que hacia escasos minutos habia sido guarida de una pasión. Uno de ellos, habia traido arrastrando casi sin dificultad al dueño de casa, que ató y amordazó en una de las sillas de la cocina.
En quince minutos o menos, cargaron en un viejo Sedan azul grisaceo en estado decadente , todo aquello de valor que a su paso encontraron en el departamento. El más joven, entro en la cocina, tomo las llaves de la mano de Matías, volvio a besarlo una vez más y salio.

(c), Bruno Tignanelli, Buenos Aires, Argentina 2010

5 comentarios:

  1. Uff...
    Yo sabía q terminaba mal!
    porque siempre es así che (fuck...)

    Gran texto bruno, me gustó mucho!

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  2. mm Lukas, proque la vida no siemrep debe termianr bien.. menos aun las tragedias.. ya vendran tiempos de peace and love!

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  3. Cundo tenia 20/21 años fui por ultima vez a Bunker, como estaba solo conoci a alguien , por conocer y me ofrecio de ir a su departamento, como yo estaba solo y me las sabias todas, acepte, cuando llegue a su depto , estaba junto a él un amigo , estaba comiendo una pizza y fue comprar una cerveza y me ofrecio tomar, como yo ya habia rechazado una porcion de pizza, y para no quedar mal , acepte tomar un poco, al poco de tomar comenzamos a hablar y enceguida emepce asentir que la lengua se me trababa para ablar y los dos me halban , hasta que me cai, cuando desperte estaba desnudo en una cama, algo no estaba bien en mi , y nunca volvio a estar bien, no se todavia me atormenta eso y ahi aprendi en carne propia que hay que tener demaciado cuidado.
    muy buena la historia, me gusta la forma que escribis.

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  4. hijos de puuutaaa!! saldría de tu boca después. jaja fue lo primero que se me vino a la mente.
    está buena la narreishon eh : )

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